28/1/11

Ron Arad


Nació en Tel Aviv, en 1951. Estudió en la Academia de Arte de Jerusalén antes de trasladarse a Londres en 1973. Durante cinco años estudió en la Art School of Architecture de la Architectural Association. Al terminar, fundó con Caroline Thorman un estudio de diseño, talleres y show-room, llamado One Off Ltd. Este estudio se incorporó en 1993 a Ron Arad Associates, la empresa fundada en 1989, cuando la producción de piezas se consolidó en los circuitos comerciales. Apasionado por la experimentación afirma que su máxima en el trabajo es “no aburrirme, ni aburrir”. Fue uno de los pioneros del reciclaje, de los que se convirtió en maestro, aunque como él siempre ha reconocido, no le motivó ninguna inquietud ecologista -de hecho, frecuentemente utiliza el plomo en sus trabajos-. A partir de materiales de segunda mano o de desecho, creó alguno de sus diseños más celebrados, como la silla ROVER, fabricada con viejos asientos de coche. Ha participado en varios proyectos arquitectónicos como un hotel en el Kristallwelten de Wattens (Austria), el Museo de Diseño de Holon (Israel), el hotel situado entre las cuatro chimeneas de la azotea de la Central Eléctrica de Battersea (Londres), la tienda de Yohji Yamamoto en Roppongi Hills (Tokio) y la restauración del Hotel Duomo en Rímini (Italia), entre otros. Su manera de entender el diseño amplía los lazos con el arte, consecuencia clara de su formación artística que lo lleva a una fase de producción no industrial antes de introducirse en el mercado. Esta característica y su capacidad para la reutilización de materiales han permitido a Ron Arad obtener varios premios y distinciones, como el Guardó Internacional Barcelona Disseny 2001, concedido en la Primavera del Diseño, o el reconocimiento en 2002 como Royal Designer for Industry (RDI) por sus trabajos de diseño estético y eficiente para la industria.
Se trata de un artista muy original en sus trabajos, si quereis echarle un vistazo a su página encontrareis cosas muy intereantes, además de sus obras de arquitectura: http://www.ronarad.co.uk/

21/1/11

Cushicle & suitalone de Mike Webb (archigram) _ Arquitectura en la memoria

Dentro de los experimentos especulativos de los Archigram nos encontramos en 1966 con el Cushicle y el suitalone en 1967, ambos de Mike Webb. En estos proyectos se indaga sobre concepto de vivienda como cáscara, pensada como un artefacto móvil, fabricada, industrialmente. Los dibujos realizados por Webb exponían una máquina capaz de tener diferentes formas, según las necesidades  del usuario. Con estos dos proyectos se admitía la experiencia nómada del individuo. El Cushicle consistía en un chasis tubular que tenia la posibilidad de ser propulsado, mediante un colchón de aire;  mientras que una membrana con doble recubrimiento de tela, que en combinación con un chasis podía ser hinchada ,dando lugar a una amplia silla o habitáculo estancia. Cushicle, estaría equipado con almacenamiento de alimento y abastecimiento de agua; mientras que en el casco estaría incorporada la  radió y una proyección de televisión en miniatura. Cushile se trataría de un artilugio que permitiese llevar un entorno habitable y completo a la espalda. Una unidad nómada completa, equipada con sus servicios, que tomaría la forma de funcionamiento cuando fuese necesario; ofreciendo al usuario un alto nivel de confort. Este artefacto estaría compuesto; por una  parte la “columna vertebral” donde irían apoyados los sistemas activos y demás aparatos; y por otro lado estaría la funda o piel que funcionaria como habitáculo.






El segundo proyecto, llamado Suitaloon, se presentó bajo el lema “ropa para vivir” o “si no fuese por mi suitaloon me tendría que comprar una casa”. Se trataba de una carcasa hinchable y transportable que podía generar una vivienda cuando fuese necesario. El Suitaloon avanzaba más en la idea de conexión con otros usuarios o suitaloons. Con esta idea se explotaba más el concepto de ropa, como vía para alcanzar una mayor ligereza; además de equiparlo con una especia de ruedas para el autotransporte. El Suitaloon tendría una especie de abertura para facilitar la conexión con otros usuarios con habitáculos, o la entrada de otras personas al propio suitaloon; así como la conexión con otros recintos mayores. Mike Webb realizó una serie de dibujos en los que reflexionaba sobre las relaciones de las personas mediante estos artilugios. Además, el Suitaloone estaría pensado en diversos tamaños, tanto para individuos solos o en tamaño familiar.



La idea final era el establecimiento de una serie de nodos de servicios y otros equipos para que estos habitáculos móviles se incorporasen a un sistema urbano más complejo y extenso, con otros recintos personales dispuestos como semillas interconectadas en un laberinto fragmentado.
En la Trienal  de Milan 1968 David Green presentó un prototipo de estos experimentos donde él mismo realizó una performance, mostrando como funcionaría el Suitaloon. Mediante este prototipo exploraron las cuestiones esenciales de la ventilación, el peso y la transportabilidad; aspectos que no se tuvieron tan en cuenta en los dibujos realizados entre 1966 y 1967 por Mike Webb.

 Con el cushicle y el suitalone, muy relacionados con la carrera espacial, candente en aquellos años, Mike Webb comenzó el debate sobre el concepto de vivienda,  alejándose de una idea de vivienda heredada de la  arquitectura  tradicional. Indagó en la simbiosis entre máquina y ser humano, para ofrecer una casa instantánea, llena de confort y flexible a los cambios. En estos proyectos se diluye los términos de arquitectura, vestimenta, espacio, transporte y usuario. Atisbamos con estos proyectos la nostalgia de una arquitectura sensible a los habitantes y al medio. Quizá: una arquitectura cambiante acorde a  un usuario, que de vez en cuando evoluciona .

5/1/11

Mesa Ines Table_Enric Miralles



En la vivienda de Miralles todo es cambiante, como en un tablero de ajedrez, en el que se juega con las piezas pero después todas vuelven a su lugar, para el comienzo del juego. Solo un objeto, en apariencia muy serio, permanece: la mesa que diseñó Miralles. Es de 1993 y el nombre se las trae: Mesa Ines Table. Estaba duplicada en la casa de la calle Avinyó. Viajó al museo de Rotterdam y a la nueva casa de la calle de Mercaders.
Benedetta y el carpintero de la obra regalaron un ejemplar a la biblioteca de Pallafols una vez terminado el edificio. A ella se refiere varias veces Miralles. En primer lugar para indicar que es uno de los temas más difíciles de resolver para un diseñador: “Una vez les pedí a los estudiantes que diseñaran una mesa, pero enseguida me di cuenta de que éste es un problema muy difícil y sofisticado, incluso para mí,” una arrogancia que Miralles lanza como desafío. Miralles sabe de las dificultades, pero sabe de otras cosas que le han hecho visibles éstas dificultades.
Vayamos hacia atrás. En 1993 volvemos a la mesa, poco después de construirla, fresca en la memoria y fuerte en su presencia. Y la descripción no es por un casual, será larga: “(…) me propusieron para una pequeña exposición que construyera una pieza que respondiera a mi modo de pensar, o este tipo de cosas. Les hice esta propuesta. Les propuse trabajar en esta mesa donde casi coinciden bastante con el tema de nuestro trabajo… Esta mesa tiene el tamaño de una habitación, aproximadamente 3x2.80 metros, la forma que va teniendo va modificándose. Con esto es una pieza que, además, permite en el momento en que te sientas o decides en qué lugar vas a trabajar, envolverte alrededor de ti mismo. Yo creo que resumiría esta parte, que os quiero explicar hoy, casi laberíntica, en un objeto. Es una pieza construida en madera de roble, como las de las oficinas de principio de siglo. Construimos dos, que me parece bastante importante: ésta que está allí abajo, y esta que está acá. Esta pieza era casi, para entendernos, como una especie de kit de supervivencia: con esto, una cocina y un baño puedes vivir, creo, además que puedes vivir muy bien… La podría contar relacionada con muchas cosas… Es un instrumento de trabajo y a la vez es un instrumento de reflexión…Yo creo que la dimensión de mis proyectos es un poco la mesa”.
Después de lo dicho pocas cosas pueden añadirse. Miralles lo ha contado casi todo de este objeto que a él le gustaba presentar como metáfora de su trabajo. Seguramente es de las veces que se ha esmerado más en trasladarnos sus preocupaciones.