15/4/10

Ralph Erskine y su cabaña


Tan solo contaba con 30 años, cuando un  joven arquitecto ingles, Ralph Erskine se trasladó a vivir a la ladera de Lissma, cerca de Djupdalen (Suecia) . Llegó el invierno de 1941 con su mujer y su dos hijas recién nacidas; y en una parcela cedida por un granjero ( que también le prestó su caballo y trineo para el transporte) comenzó a construir su casa; con sus propias manos y con la ayuda de Aage Rosenvold, un danés que estaba realizando un curso de ladrillo y desde entonces se convirtió en su socio. Cogiendo piedras del lugar, ladrillos de un antiguo horno y demás materiales de desecho, como un antiguo somier de cama, a modo de armadura del hormigón; Erskine y Rosenvold empezaron a construir esta cabaña, que se conoció con el apodo de “The box”.



Con unas modestas dimensiones de 6 x 3,6 x 2 m de altura y una única habitación, funcionó como vivienda habitual de la familia hasta 1946. El espacio interior se dividía mediante una chimenea, en cocina y el estar, que también hacia las veces de dormitorio y sala de trabajo.  La cama (también utilizada como sofá) se levantaba mediante unas poleas hasta el techo, con el fin de  despejar la estancia durante el día. El escritorio de trabajo, podía abatirse del armario que estaba en la pared norte, que hacia las veces de aislante. En el exterior de esta pared se apilaban en invierno troncos de madera con el fin de mejorar el aislamiento en esta orientación más fría. No  había cuartos de baño ni agua corriente; el agua la llevaban del pozo hasta la casa.

El volumen es una especie de voladizo sobre un basamento de piedra. Cegada con un muro norte, fuertemente aislado; la vivienda se abre en la orientación sur mediante unas ventanas de vidrio doble, donde se disponían plantas y demás objetos, proporcionando un bonito mirador en lo alto de la ladera; como bien expresan los dibujos a pluma de Erskine.

La casa estaba enclavada en una zona boscosa donde eran habituales las nieves, la tienda más cercana estaba tres kilómetros distancia que Erskine y su mujer solían recorrer esquiando o en trineo.
Ralph Erskine aunó modernidad y los sistemas tecnológicos  que ofrecía la época, con la visión de otras arquitecturas vernáculas,  donde se encuentran respuestas directas a los condicionantes climáticos de cada lugar. Podemos estar pues, ante uno de los primeros arquitectos que mejor empezó a entender los recursos que le ofrecía el lugar, con la finalidad de emplearlos eficazmente en su arquitectura; como  puede verse en sus estudios expuestos en el CIAM 1959.
 

7/4/10

Le Corbusier, el pintor, el poeta, el escultor, el artista

“No existen los escultores solos, ni los pintores solos, ni los arquitectos solos”. Le Corbusier habla de la fuerza de la síntesis, el esfuerzo por recuperar la raíz poética, con una nueva unidad, la colmatación de ese límite del pensar y el hacer. Es la recuperación de la multiplicidad de los caminos sensoriales.


Desde los treinta y un años, pintaba por las mañanas y hacía arquitectura por las tardes. Sus obras eran para sí mismo, no las mostraba ni las hacía para exposiciones. Le agradaba explorar nuevas disciplinas. El color era algo que le fascinaba tambien.
La forma de actuar de Le Corbusier a la hora de pintar era la siguiente: devoraba las cosas y las transformaba en su mente. La pintura del momento no le interesaba, no quería saber la opinión que otros pintores tendrían de su trabajo.
Le Corbusier no vivía más que para ver, y para ver hay que estar separado de lo que se mira. ¿Qué haría entonces para reintegrarse? Se sentía apartado, por eso lo salvaba con su intromisión en el mundo.
Cuando explicaba un proyecto, dibujaba y hablaba a la vez. Entraba por la vista y por el oído. “Es el oído quien puede ver las proporciones.

Para Le Corbusier la horizontal es el mar, el horizonte, y la vertical es el hombre, que camina a 90 grados del suelo, de ahí su poema del ángulo recto:


El universo de nuestros ojos reposa
sobre un llano bordeado de horizonte
El rostro vuelto al cielo
Consideremos el espacio inconcebible
hasta ahora incomprendido.
Descansar extenderse dormir
– morir
La espalda en el suelo...
¡Pero me he puesto en pie!
Ya que tú estás erguido
hete ahí listo para actuar.
Erguido sobre el plano terrestre
de las cosas comprensibles
contraes con la naturaleza un
pacto de solidaridad: es el ángulo recto
De pie vertical ante la mar
hete ahí sobre tus piernas.

Las primeras pinturas de Le Corbusier, eran puristas, aparecían objetos de tipo depurado-dibujo, elevación y corte-. En estas pinturas, la relación “forma y objeto” se destruía a favor de la relación “forma por forma”. En algún momento este racionalismo se perdía en el desplazamiento de las funciones. La silueta es lo que caracterizaba al objeto, la homogeneidad de las cosas.
En las pinturas de le Corbusier existen unas líneas que hacen la regla de composición. Se trata de dos líneas verticales y dos lineas horizontales que fabrican tres estratos.
Muchas de las obras parecen sacadas de fotografías etnicas de mujeres desnudas. En aquella época, estas fotografías disfrazaban unas imágenes eróticas para los hombres. Los pechos al descubierto y los velos en la cabeza confirman este hecho.
También hay cierta identificación de algunos animales con fuerzas espirituales, como por ejemplo el toro, o las mujeres con la luna, los ciclos, el movimiento de las aguas.



Poema del ángulo recto:

LA MANO ABIERTA
Está abierta porque
todo está presente disponible
asible
Abierta para recibir
Abierta también para que cualquiera
venga ahí a cogerla
Las aguas fluyen
el sol ilumina
las complejidades han tejido
su trama
los fluidos están por todas partes.
Las herramientas en la mano
Las caricias de la mano
La vida que se degusta por
la petrificación de las manos
La vista que está en la
palpación.
-----------------------------------------
A manos llenas he recibido
A manos llenas doy
Por último, añadimos un trabajo no muy conocido de Le Corbusier, se trata de una película que fue proyectada en el pabellón Philips, y se trataba de una proyección de imágenes que se deformaban en las paredes del propio pabellón.